Ha sido una época de considerable incertidumbre para los profesionales del marketing y la disciplina del marketing digital en general. Con la llegada de la GDPR y otras regulaciones centradas en la privacidad de los datos (y sus frecuentes cambios), los obstáculos para implantar el Reglamento e-Privacy en la UE, la falta de instrucciones claras sobre adtech y el constante debate sobre si las cookies de terceros van a desaparecer o no, hay más preguntas que respuestas. Pero lo importante para los equipos de marketing es si existe un punto de equilibrio donde la personalización vaya de la mano de la privacidad y el consentimiento de la mano del cumplimiento.